La ruta del autocuidado

 La dinámica metodológica que planteamos en esta formación se basa en encuentros grupales periódicos y vivenciales que tienen como hilo conductor las 14 necesidades básicas de Virginia Henderson.

El propio grupo es el medio de sostén de las experiencias individuales de cada uno. La escucha activa constituye el eje principal. La intención es que cada uno tenga voz, se escuche y sea escuchado. ”Un alma humana sólo existe cuando es vista por otra alma humana”. 

Cada sesión trata de hacer un ordenamiento de los diferentes aspectos básicos de la vida de una forma integral, y de este modo, revisar el grado de cuidado/amor que cada uno tiene hacia sí mismo. Se conectan diferentes disciplinas que comparten la intención de adquirir más consciencia y visión global sobre el modo de posicionarse con respecto a cada una de las necesidades básicas de la vida. Todas nuestras herramientas descartan el positivismo como filosofía y se centran en desarrollar la aceptación y trascendencia. 

Las sesiones están interconectadas entre ellas, favoreciendo de este modo la amplitud de consciencia de forma progresiva. 

El número de personas que constituyen el grupo suele ser de 30 personas por taller. 

SESIONES: 

Cada sesión aborda una necesidad básica. Se parte del aspecto más básico para ir desarrollándola durante

4-5h hasta alcanzar un nivel de más consciencia, amplitud y sutileza. 

Siempre hay un espacio de apertura para presentar y plantear cuestiones que se traigan de otros talleres o del día/momento del grupo y uno de cierre para hacer síntesis entre lo que se ha expuesto de cada disciplina y cómo llevarlo al contexto sanitario. Esta labor siempre la lleva a cabo Vanessa Barbeito, quien además está presente en cada taller para llevar a cabo su labor directiva y coordinadora. 

 


Descubre más desde Cuidados entre cuidadores

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.